AUDIO DE «TODAS LAS VERDADES SON MENTIRA»
¿Existe el coronavirus? De no ser así, ¿cuál es la causa de que fallezcan tantas personas? ¿Cuántos están muriendo en realidad? Si es cierto que existe, ¿cómo actúa el bicho en el cuerpo?
¿El virus es artificial, creado en un laboratorio, o proviene de los cauces naturales mediante los que surgen estos microorganismos? ¿Qué son los virus? ¿Han diseminado éste a propósito? ¿Los gobiernos sabían lo que se avecinaba y dejaron que ocurriera? ¿Tenían orden de hacerlo así, propiciando que muriese cuanta más gente mejor? ¿Llegará una vacuna? ¿Esa misma vacuna será nociva?
¿Han hecho esto para controlarnos? ¿O para quitarse del medio a una parte significativa de la población? ¿Se está organizando todo de tal manera que caigan los actuales gobiernos para ser sustituidos por un nuevo ente mundial?
¿El Gobierno de España es simplemente incapaz o sus acciones y omisiones corresponden a un ejercicio criminal en toda regla?
Estas preguntas, pero en forma de afirmaciones, y a la vez, corren de boca en boca. Se publican papeles que sostienen que el Gobierno español ya conocía todo esto en febrero, e incluso antes. La OMS afirma y niega al mismo tiempo sus propios informes. Desde Tanzania se evidencia que los tests no resultan fiables, ya que da positivo por coronavirus una muestra que resultó ser material obtenido de una papaya.
La gente no sabe con qué quedarse. Informarse a través de los medios es imposible, lo cual no nos extraña: los medios no fueron creados para informar, sino para propagar el miedo y la confusión.
Entonces, ¿alguien dice la verdad? La sensación es la de que todo es mentira. La inocencia ya acabó hace décadas, de tal modo que si hay algo que define a las sociedades actuales es el hecho de que los mensajes institucionales son tomados por mentiras de forma automática.
Si algo ha quedado claro a la mayoría es que nos mienten todo el tiempo -excluyo a los ultras que siempre estarán ciegos ante las acciones de los que consideran como «suyos»-. Cualquier verdad oficial, presentada como tal, es percibida como un engaño.
Esto ocurre con los mensajes políticos, sanitarios, económicos… La autoridad miente. Por definición. Otra cuestión es discutir si el poder ya no necesita ser creído para seguir dominando la escena.
Y aunque esto ya venía ocurriendo de antes, con la crisis del coronavirus se ha intensificado. Una mayoría creciente de personas -y no digamos ya las consideradas como lúcidas o escépticas- parte del hecho de que todas las verdades son mentira.