Los lectores de Mario Puzo, autor de El Padrino, sabemos que la mafia tiene asuntos internos, que de vez en cuando las distintas familias arreglan sus cosas cierta noche, entrando en un restaurante y tiroteando las mesas, sin importarles que la metralla se lleve por delante, además de al contrario, a cuatro familias con hijos que celebraban allí el cumpleaños del más pequeño.
Los lectores de Mario Puzo hemos visto la trilogía completa de Ford Coppola, así que sabemos que la política y la mafia sólo se distinguen en que los mafiosos sí se rigen por un código de conducta: propio, dudoso, inmoral, pero que existe.
Los lectores de Puzo tenemos muy claro que la política es sólo una apariencia, un teatro que nos colocan delante para que nos mantengamos, no sólo entretenidos, sino enfrentados entre nosotros, entre los de a pie, con la finalidad de que los realmente poderosos continúen a lo suyo, que es quitarnos lo nuestro.
Leyendo a Puzo, estás dotado de ese don, de esa capacidad de entender que todas las noticias son falsas y de que las crisis políticas o bien son mentira o bien son ajustes de cuentas entre las distintas familias de la mafia.
Recordamos los libros de Puzo pero también recordamos la manera en que la escenificación política aupó a Podemos durante la década de 2010. Al PSOE le comían el terreno y la única escapatoria de esa familia, de la empresa o círculo de poder denominado socialista, fue la de quitar del medio a los líderes del momento y escoger a uno que resultase más de Podemos que Podemos. Ése fue Pedro Sánchez, que comprendió antes que nadie que le iba a caer el encargo por parte de la élite si obedecía. Obedeció. Fue puesto de presidente. Y aquella noche los cánticos que de los suyos se escucharon resultaron los siguientes: «No es no» y «Sí se puede». Cánticos podemitas.
Los lectores de Puzo, tan perspicaces, comprendemos a la primera que lo que ahora ocurre en el PP es idéntico. La familia del PP, ese otro círculo de poder, se ve desplazado por la familia de Vox, ese nuevo círculo que el sistema introduce en el escenario. La única salida, como en su día hizo el PSOE, es la de exhibir a un supuesto líder que resulte del gusto de la sensibilidad a la que se desea dar paso. Y eso es lo que explica, sin más, todo esto de Casado, Ayuso y demás actores.
Los lectores de Mario Puzo, autor de El Padrino, sabemos que lo más importante de lo del PP es que vivimos en un sistema criminal que roba, miente, estafa, enferma, mata y esclaviza. En todo caso, la mafia política pugna entre sí. El resto es humo.
Porque los lectores de Puzo, además, estamos convencidos de que nadie cuenta los votos de las urnas. Todo es fingimiento. Todo es mentira. Que parezca un accidente.