Los hilos de Macron

A Macron se le ven los hilos. Me refiero a los que lo sostienen y lo mueven, los hilos de títere mediante los que su dueña, la plutocracia criminal que gobierna el mundo, va accionando a sus muñecos para intentar seguir engañando a los pocos que aún se obcecan en no ver la realidad. Ahí lo tenéis, en plan Napoleoncito amenazando a Rusia. Pero no es a Rusia contra quien quiere lanzar no se sabe qué tropas. La idea, al parecer, es empobrecer aún más a los europeos mediante la creación de un ejército al que conducir a las tierras del este, donde cayó Napoleón ante el frío y el oso ruso, donde Hitler se enfangó en Stalingrado. Han pedido un catálogo de drones por Amazon.

Y detrás de ese teatro, de esa gran mentira, está la mano. La mano del ventrílocuo globalista que hace hablar a Macron, su muñeco en Francia. Porque este prócer, cuando dice que va a mandar tropas a la trinchera rusa lo que está diciendo en realidad es que las va a movilizar para mantener un frente, una línea Maginot que le proteja de los propios franceses, de los franceses que están, como el resto de gente en Europa, engañados, empobrecidos, saqueados y hasta asesinados por sus propios gobernantes e instituciones. El otro día se reunió en Londres un grupo de títeres globlalistas, algunos de ellos tapándose la pegatina del No a la guerra que llevaban puesta de anteriores funciones, y todos ellos tenían una cosa en común, pues ni representaban a la UE ni siquiera a la OTAN: todos son contrarios a sus gobernados. Están viendo lo que se les viene encima. Necesitan una guerra que los proteja de sus propios ciudadanos. No les quedará nada cuando les estalle la paz y se alcancen los acuerdos mercantiles entre EEUU, Rusia y China, quizá India también, pues qué otra cosa es la guerra que un preacuerdo comercial que necesita de los muertos de siempre para firmar con sangre ajena sus contratos.

Una señora del gobierno danés ha llegado a decir que es más dañina la paz que continuar con la guerra de la OTAN en Ucrania. Orwell se quedó corto, no vio venir a esta bandada de pájaros descerebrados y carroñeros.

El discurso de Macron fantasea con enviar a una generación más de jóvenes a morir. A los que sobrevivan, debemos entender, los llevará de vuelta a París, para que intenten ponerlo a salvo de su particular Bastilla, para terminar de masacrar a los parisinos mientras él toma un avión de ida sin vuelta al rincón del mundo que sus amos le hayan reservado a modo de caseta para el perro jubilado. No es de Putin de quien se defienden, sino de nosotros.


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