Que dice mi amigo Paco que no puedo escribir una columna cada día si no estoy al tanto de la actualidad. Para Paco, claro, la actualidad es lo que dice la tele. Yo no le voy a quitar la razón, que él sabe mucho de todo, pero después de decirme esto invita a una ronda más —otra cosa, no, pero espléndido es—, y se pone a hablarme de lo de la guerra de la OTAN en Ucrania. Él no lo dice así. Para él, además, al hilo de lo que ha ido recibiendo mediante sus homilías informativas, la cosa no hay quien la comprenda.
Paco, tan informado, tan al rojo vivo y de todos los colores, considera que el mundo se ha vuelto loco y que ni siquiera los mejores expertos pueden descifrar qué está pasando.
— Ni siquiera los mejores expertos se explican todo esto.
— Qué expertos.
— Unos muy buenos que salieron ayer a decirlo.
Para Paco, los expertos salen. Como los caracoles cuando deje de llover y se pase esta extraña sequía húmeda que nos asola. Pero sigo, que me acaba de llegar un libro de Ilan Pappé: “Breve historia del conflicto entre Israel y Palestina”. No sé aún si he acertado en la elección o no. Pero Paco me ve el libro, apartado para que no se manche con las tapas de queso, y se lanza a la opinión. Por un momento, me da la impresión de que se está metiendo las manos en los bolsillos, sin mirar, como el que se busca el mechero, y se va sacando las opiniones como un mago sacando pañuelos. Esparce varias de ellas respecto a lo de Gaza, algunas contradictorias entre sí; se ve que ha acudido a expertos variados y que ha ido quedándose con todo lo que encontraba.
— Pero Paco, si llego a saber que tú sabes tanto de esto no me compro el libro.
Pero él ya ha pasado a lo siguiente, a lo del Barça en la Champions, que no le gusta el modelo de competición nuevo, que si van a cambiar las reglas del fútbol, que con el VAR se acabó este deporte…
En dos cervezas más habremos tocado la crisis del 29, la del 74, la del 2008 y las que quieran echarnos. Y el exceso de mortandad a partir de 2022 y sus verdaderas causas. Y la porra común para pagar la deuda catalana. Y que lo de los cielos es vapor de agua, que lo sabe él. Y el mercado del litio y la preponderancia de China al respecto. Y el último análisis de sangre del Papa y sus posibles sucesores…
No sé, Paco, la tele sigue apagada, pero las columnas van saliendo. La espuelilla la pago yo, evidentemente. Porque sí y porque con este hombre jamás me faltará tema. Pero el bar está lleno de Pacos. Y la calle. Y el metro. Y los supermercados. Y los trabajos. Y los veo discutir entre ellos, me recuerdan a los niños cambiándose los cromos repetidos. Se intercambian opiniones. Se pasan las que tienen repe. Y llaman opinar a repetir las consignas que previamente les han inoculado. A ver si completan el álbum, que creo que dan una tele de regalo.