IA

Se ha empezado a escuchar la frase «Lo ha dicho la IA». Se refieren a lo que denominan inteligencia artificial. Y lo hacen como equivalente al viejo argumento de autoridad. Es decir, si lo dice la IA es que es verdad y punto. Ya venimos avisados. «Lo ha dicho la IA» sustituye, de este modo, a los gastados «Lo han dicho los expertos, lo ha dicho la ciencia, lo han dicho en internet, lo ha dicho la tele, lo ha dicho la radio, lo dice la prensa, lo ha dicho el sumo sacerdote…». Nos suena la cantinela, ¿verdad?

Pero a pesar de que cambian las apariencias del engaño, la estrategia no deja de ser la misma. Te lanzan un mensaje y lo justifican con la esencia de una autoridad en la materia, de cara a que tú pienses, de entrada, que la conclusión que te traen en bandeja resulta confiable y bien intencionada. Además, se ofrece como incontestable. Tú no tienes derecho a réplica, a opinar nada, ni siquiera a preguntar: sólo obedeces y con esto estás garantizando el buen funcionamiento del mundo. Porque si te muestras díscolo o tan sólo desconfiado, encarnas automáticamente el mal absoluto.

«Yo creo en la ciencia», cacareaban como autómatas tipos que no sabían ni escribir la palabra, sólo porque repetían las consignas oficiales recibidas a través de la tele, de las pantallas del móvil o como sea que les hagan llegar toda esa chatarra intelectual con que alimentan al ganado.

Y del mismo modo que ni había expertos de ningún tipo, ni la ciencia no pagada decía lo que ellos afirmaban, ni era cierto, como sostenía el sacerdote, que Horus tuviera tal o cual intención, ahora volverán al lío. Y les funcionará con sus creyentes, no así con quienes empleen la cabeza para algo más que para peinarse. Qué grotesco, por otra parte, que hablen de inteligencia artificial cuando más se esfuerzan por que escasee la inteligencia natural.

El argumento «Lo ha dicho la IA» servirá para todo. Para lo de siempre, vamos. Para justificar sus crímenes. Crímenes testados, diseñados, autorizados y sugeridos por la IA. Alabada se a la IA, postrémonos. La IA nos ha dicho que arranquemos los olivos, que destrocemos la ganadería, la agricultura y la pesca, que empecemos una guerra, que subamos el precio de la vivienda hasta hacerla inviable, que enfrentemos a hombres con mujeres y a viejos con jóvenes, que os conduzcamos a un estado de miseria, que elevemos los impuestos y los coloquemos más allá de la línea que define la esclavitud, que castiguemos la natalidad, que movamos a millones de personas de sus lugares de origen y los conduzcamos hasta otros donde nos garantizamos reventar la convivencia, que envenenemos, que mintamos, que reescribamos la historia, que disolvamos la educación.

¡La IA se ha pronunciado! Así que cállate, agradece que nuestros más finos talentos hayan diseñado tal herramienta y obedece. Déjate exterminar dócilmente. Es una vuelta al engaño de siempre para que no veamos lo esencial: que la IA son ellos, y que ésta dirá lo que ellos tengan ya decidido de antemano. O más fácil y directo aún: que el sistema está diseñado contra nosotros y que todo cuanto nos llega de él es mentira y nocivo. Y si no te lo crees, pregúntale a la IA.


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